domingo, 27 de septiembre de 2009

Días de vino y rosas


Esta semana fumos ao teatro, logo dunha inoportuna migraña que nos impediu achegarnos ao Principal, puidemos resarcirmos na beira do Lérez.
Non falarei, autocensureime, da eterna sensación que me invade cando acudo a unha obra como mero espectador. Da sensación do actor en paro.
Falarei só da obra, que, neste caso, non é pouco.

Días de vino y rosas é unha adaptación do clásico protagonizado por aquela bestia parda que foi Jack Lemmon. Levar unha película de tal calidade ao teatro sempre se fai compricado. E tendo tan presente a grandiosa interpretación da versión cinematográfica, as gañas de vela en teatro eran tan grandes como perigosas.
Perigosas pola subconsciente obsesión que temos por facer comparacións, e porque o cine ten aspectos que o teatro, por mera lei física, non pode ofrecer.

Agora ben, amiguiños, cando dous intérpretes se poñen a un par de metros de ti para contarche unha historia, dá igual que non existan efectos especiais, unha gran banda sonora... nin tan sequera unha escenografía especialmente coidada.
Esta parelliña, en cuestión, era Carmelo Gómez e Silvia Abascal (non sodes tontos, xa sei que os vichedes na foto). O primeiro, que hai anos que demostrou todo o que tiña que demostrar (lembro o perturbado que me deixara Vacas...), non fai máis que confirmar o tremendo actor que é. Bo de verdade, deses que fuxen de momentos de autolucimento. Limítase a facer o que ten que facer. Se é leñador, aparenta ser leñador; camareiro se camareiro, relacións públicas se relacións públicas... 

O caso de Silvia Abascal é curioso. Está aí para a meirande parte da opinión pública, todos a coñecemos (quen sabe se case máis que ao propio Carmelo) pero servidor non pode evitar ter a sensación de que é unha das actrices máis infravaloradas do panorama estatal. Das peor aproveitadas. Imaxino que lle faría falla estar tan cachonda como unha Pataky de turno (aínda que posúa esa beleza incuestionable). Non sei, non o entendo, Pedro, pídoche axuda. ¿Trátase dunha filia persoal? ¿ou é que o cinema patrio está tan plagado de actrices de indubidable categoría que a Abascal non remata de ter o recoñecemento masivo que merece?.

En fin, que o que eu quería dicir, básicamente, é que a vexades, e que se no momento de máxima tensión dramática da obra, a alguén lle soa o móbil, non o dubidedes, matádeo coas vosas propias mans, apretando tanto o pescozo que vexades que as veas lle rebentan. Hai placeres que non debedes evitar, senón vos iredes do teatro coa sensación de que un ser que non merece vivir convirteu un momento 10 nun momento 9,5...

jueves, 24 de septiembre de 2009

O bilingüísmo armónico...

Adxúntovos un artigo que lin esta mañá logo dunha aburrida xornada de traballo... moitos de vós (bueno, Manu, vaia) quizáis xa o vichedes adxuntado no feisbuk de Nadapeich




XOSÉ MANUEL PEREIRO

Sobrevivir en gallego

XOSÉ MANUEL PEREIRO 24/09/2009

 
Gracias, tu voto:
Sin interésPoco interesanteDe interésMuy interesanteImprescindible
Resultado Sin interésPoco interesanteDe interésMuy interesanteImprescindible 243 votos
Imprimir   Enviar

"Ahora se puede decir que vivimos en un país libre, en el que se puede hablar gallego o castellano", sentenció hace unos días, como ejemplo de las bienaventuranzas de la victoria de Feijóo, el presidente de la Diputación y del PP de Pontevedra, Rafael Louzán. Lo dijo en el castillo de Soutomaior, en el acto de despedida del veraneante ilustre que los conservadores hacen ahora a Rajoy como hacían antes a Fraga, hasta que se quedó. A Louzán se le podrá discutir cualquier cosa, excepto que conoce de sobra en qué mundo vive, así que lo que dijo hay que atribuírselo a un exceso de esa pasión tan gallega, rayana en la idolatría, de satisfacer al veraneante. Porque Louzán sabe perfectamente que el derecho a elegir idioma se conquistó con la derogación del régimen franquista, no con la del gobierno bipartito. Y también que una cosa es tener el derecho y otra ejercerlo.

      La noticia en otros webs

      Los gallegohablantes son los realmente bilingües y cambian más de registro para evitar conflictos

      Para aquellos que no tengan ese conocimiento, indiscutible y retráctil, que tiene Louzán, o no sean de aquí y puedan aprovechar que esto está en castellano, permítanme que les esboce un mapa. Monolingües en gallego en sentido estricto son ya únicamente, además de algunos bares de copas compostelanos, las pequeñas poblaciones rurales. Allí, un castellanoparlante se puede desenvolver perfectamente, como se demuestra cuando vienen los parientes emigrados. Quizás a las personas de más edad de esos territorios sociolingüísticos les cueste o les sea imposible cambiar de registro idiomático, pero no a los más jóvenes, pese a esos seres míticos -los pobres niños que sólo saben hablar gallego- en cuya existencia creen los gallegofóbicos compasivos. Monolingües en castellano son -en algunos casos incluso a su pesar- en los ámbitos urbanos, gran parte de las clases medias, la totalidad de las altas y la mayoría de los jóvenes de cualquier clase social. Irrumpir en gallego en algunos de esos ambientes va de lo impropio a lo extravagante y, en casos extremos, a lo temerario. Y desde luego, quien lo hace es porque es un paleto o es nacionalista. Por ignorancia o por provocar, vamos.

      "¿Usted habla gallego porque quiere o porque se lo imponen?", le preguntó en fecha tan remota como el pasado lunes un taxista a un amigo mío, un artista muy conocido. Cuando el cliente le contestó que lo hacía voluntariamente, el chófer concluyó: "Entonces es galleguista". Usar el idioma propio de Galicia es ideológico. Usar el otro, no. Ser sorprendido hablándole por la calle en gallego a un niño pequeño suscita en algunos viandantes miradas tan reprobatorias como si, en lugar de emplear la lengua de sus ancestros, se le fuese azotando con una vara. En una actividad extraescolar he visto como un padre se dirigía a sus hijas cambiando de idioma según el volumen (en bajo en gallego, en alto en castellano). La situación es tan de libro que, como no podía ser de otra forma, afecta más a las mujeres.

      Territorios bilingües, en los que predomina el gallego, pero hay un dominio funcional de ambas lenguas y a nadie extraña el registro idiomático del interlocutor ni saca conclusiones por el que tenga, son los demás. Y como la Amazonía, están en fase menguante. Cada vez más, sea en las ciudades o en las villas, en cualquier escala social, la lengua vehicular, la que se usa en el primer contacto con un desconocido, es el castellano. Si los dos interlocutores descubren que son gallegohablantes, se suelen pasar a su idioma, en algunos casos incluso con cierta complicidad. O no. Lo normal es que una dependienta atienda en español, por mucho que se la interpele en gallego y ella haya estado hablando con una compañera en la misma lengua. En una época en la que frecuenté hospitales, no dejaba de sorprenderme -relativamente- cómo la presencia de un único castellanohablante en una habitación de cuatro cambiaba el registro de los otros tres. Lo mismo pasaba, claro, ante la presencia del personal médico. En resumen, los gallegohablantes tienen más facilidad para cambiar de registro -son los realmente bilingües- y tienen que hacerlo mucho más para evitar situaciones de conflicto.

      Pese a que seguramente constituya una sorpresa para aquellos que viven en un mundo impermeable al vernáculo, la mayoría de la población es gallegohablante, como aseguran las estadísticas. Así que este panorama de acoso y descrédito de la mayoría por la minoría sólo se explica porque ese teórico equilibrio oficial no es tal. "Aquí vivimos todos con un bilingüismo y una cohabitación razonablemente bien, sabiendo que iba ganando el castellano y en retroceso el gallego", dijo Pachi Vázquez en este periódico, de forma tan expresiva como semánticamente ambigua (el "razonablemente bien" ¿es complemento circunstancial de la primera frase, de la segunda, o de ambas?). O como aclaró Gloria Lago en otro, los militantes del castellano soportaban la legislación teóricamente equilibradora en la enseñanza porque no se aplicaba, hasta que se intentó hacerlo. Es decir, el derecho está ahí, y lo que ha hecho Feijóo ha sido recordar de nuevo que pretender ejercerlo puede tener consecuencias.


      lunes, 14 de septiembre de 2009

      Pasen e vexan señores, o meirande espectáculo do mundo...


      http://www.youtube.com/watch?v=hZ4uk6UU8vc&eurl=http%3A%2F%2Fwww%2Esport%2Ees%2Fdefault%2Easp%3Fidpublicacio%5FPK%3D44%26idioma%3DCAS%26idnoticia%5FPK%3D644890%26idseccio%5FPK%3D1266&feature=player_embedded#t=58

      sábado, 12 de septiembre de 2009

      Que vén o lobo...

      Moitos me preguntan canto hai de certo no alarmismo polo da Gripe A... para min, é tremendamente alarmante, xa que hai uns cantos días que se rumorea que esta muller



      (deixareivos uns segundos para que vos repoñades do susto....)......, ......., ......, ameaza con deixarnos sen vacacións ante unha posible saturación dos servizos médicos a partir do mes que vén.

      O certo é que, por chorrada que sexa a enfermidade (que o é, cando menos de momento), ter, ténnos acojonados. Somos conscientes de que calquera persoa con síntomas gripais se achegará a Urxencias, como xa está a pasar, por medo ao que poida ocorrer o seu futuro vital. Non se está traballando de xeito serio na creación dun filtro en centros de saúde, e somo nós os que temos de dar a cara, e quedar como bordes intolerantes cando lles dicimos aos doentes aquelo de "isto non é unha urxencia, para isto hai que ir ao Médico de Cabeceira...". Imaxino que non é suficiente coa continua ameaza de "como á miña avoa lle pase algo na casa, vaste acordar de min", ou con algunha agresión que outra, vamos, o pan de cada día.

      O virus non mutou aínda, é probable que o faga, e entón non se sabe moi ben o que pasará (o máis probable é que siga sen ser especialmente letal). Pero como isto chegou en verán, fóra do curso político e de novas sen sentido (o paraíso para informativos como os de Telecinco ou LaSexta, vamos) os minutos de televisión que aportou son impagables. Se a iso lle unes o pouco interese de empresas farmacéuticas en que a bola de neve non medre, xa está todo listo para unha alarma mundial.

      Se as estimacións son certas, pasarán (ou pasaremos, probablemente) a gripe A arredor de 400.000 galegos, e preto de 6.000.000 de españois. Unha burrada, vamos. Se o nivel de mortandade se mantén (de momento 25 mortos por 80.000 afectados) falecerán arredor de 2000 persoas, traducido, unha décima parte -nin sequera- das que morren anualmente pola gripe "vulgar".

      Así que salvo que teñades unha enfermidade pulmonar, sexades diabéticos, ou usedes a talla XXXL, por favor, paracetamol, moito líquido, e a pasala na casa...